Décima cuarta estación: Jesús es sepultado
Sigue Jesús avanzando hacia el Calvario; el peso de la cruz es tremendo, El no puede más y cae por tercera vez; pero la caída no fue por el peso de la cruz en sí. Fue por el peso de tanta maldad: Conducta escandalosa; escándalos de la mujer, escándalos del hombre, escándalos sociales, negocios sucios, codicia desmedida. Si de veras queremos seguir al Señor llevando nuestra cruz, para no caer debemos aligerarla de peso renunciando a gustos y pasatiempos que no valen la pena y sólo ponen en peligro nuestra vida de Gracia. Si de verdad queremos ser sus discípulos, sigámosle llevando nuestra propia cruz, cada día, con valor, con esperanza; que no seremos defraudados; al contrario, si caemos, Él nos levantará porque nos ama….Señor, dime ¿Por qué a veces me he caído por querer safar el hombre de mi cruz?….Claro, me falta generosidad…procuraré olvidarme un poco de mi propia cruz y ayudar a los demás a llevar la suya.
(Pausa para meditar)
Señor llevar la cruz de la autoridad sobre los demás es pesado y comprometedor, y por eso muchos caen… Te pedimos por nuestros gobernantes, nuestras autoridades civiles y religiosas, los agentes del orden y por todas aquellas personas que ejercen autoridad sobre otros; en la empresa, oficina o taller, en la escuela o en su casa, para que antes de poner una cruz sobre los hombros de sus subalternos, piensen si ellos mismos serían capaces de llevar una igual….
Y yo, Señor ¿Cuántas veces al imponer mi autoridad (con mis hijos, empleados, etc..) he sido grosero y desconsiderado al poner cargas en los demás…? Ayúdame, que aprenda a exigirme a mi mismo primero, lo que pienso exigir a los otros….
(Pausa para meditar en silencio)
PADRE NUESTRO… AVE MARÍA… GLORIA…
PERDÓN, oh Dios Mío! (cantado)
Todos: Adorámoste Cristo y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo y a mí pecador. Amén